Cuando está en funcionamiento, el motor de un auto genera una gran cantidad de calor que debe ser disipado continuamente para evitar daños en el mismo. Esta es la función del sistema de refrigeración del motor, mantener su temperatura óptima mientras el motor está en marcha.
Elementos del sistema de refrigeración del motor El combustible del vehículo se quema a temperaturas de hasta 2.000°. Para disipar este calor, el sistema de refrigeración del motor cuenta con fluidos y piezas que trabajan en conjunto para controlar la temperatura del motor, evitando que sus componentes se desgasten y se dañen por exceso de calor.
Las partes del sistema de refrigeración del motor son las siguientes: Radiador: Enfría el aire al circular para bajar la temperatura del refrigerante. Ventilador: Su función es la de procurar un flujo de aire al radiador. Termostato: Se encarga de regular el flujo de refrigerante. Depósito: Guarda y conserva el refrigerante en buen estado. Bomba: Se encarga de hacer circular el líquido refrigerante por el circuito. Muchas veces no le prestamos toda la atención que se merece al sistema de refrigeración de nuestro motor, por lo tanto, una adecuada mantención es importante para evitar complicaciones con la temperatura del motor, evitando así desgastes prematuros o sobrecalentamientos que pueden incurrir en costosas reparaciones en el taller.
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