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¿Por qué el aire acondicionado enfría poco o nada? Posibles fallas en el compresor

¿Por qué el aire acondicionado enfría poco o nada? Posibles fallas en el compresor

Pocas cosas resultan tan molestas como encender el aire acondicionado del auto en un día caluroso y sentir que apenas sale aire tibio o sin fuerza. Este síntoma suele indicar un problema en el compresor de aire acondicionado, una de las piezas más importantes del sistema de climatización del vehículo.

El compresor es el encargado de presurizar el gas refrigerante y hacerlo circular por todo el sistema. Si este componente falla, el flujo de refrigerante se interrumpe y el aire deja de enfriar correctamente. A continuación, te explicamos por qué ocurre esto, cuáles son las causas más comunes y cómo mantener el compresor en buen estado para evitar costosas reparaciones.

Funcionamiento del compresor de aire acondicionado

El sistema de aire acondicionado del automóvil funciona gracias a un ciclo cerrado de compresión y expansión del gas refrigerante. El compresor es el corazón de este proceso: su función es aspirar el gas a baja presión y comprimirlo a alta presión, enviándolo hacia el condensador, donde el gas se enfría y cambia de estado.

Si el compresor no trabaja correctamente, el gas no circula como debería y la capacidad de enfriamiento del sistema disminuye o desaparece por completo. En muchos casos, el resto de los componentes (condensador, evaporador y válvula de expansión) dependen directamente del buen rendimiento del compresor.

Causas comunes por las que el aire acondicionado enfría poco o nada

Existen diversas razones por las que el sistema puede perder eficiencia, pero la mayoría están relacionadas directa o indirectamente con el compresor.

Una de las causas más frecuentes es la fuga de gas refrigerante. Con el tiempo, las juntas o mangueras del sistema pueden deteriorarse, provocando pequeñas pérdidas de presión. Sin la cantidad adecuada de gas, el compresor trabaja forzado y no logra mantener el nivel de enfriamiento.

Otra causa común es el embrague del compresor dañado. Este embrague conecta el compresor al motor mediante una correa. Si el mecanismo se traba, patina o no se activa correctamente, el compresor no podrá comprimir el gas.

También pueden presentarse problemas eléctricos. Fusibles quemados, relés defectuosos o sensores dañados pueden impedir que el compresor reciba la señal para encender. En algunos casos, el sistema detecta una presión inadecuada y desactiva el compresor de forma automática para evitar daños mayores.

El sobrecargado de gas refrigerante es otra causa menos conocida pero peligrosa. Una recarga excesiva puede generar presión interna alta, lo que dificulta el trabajo del compresor y puede incluso dañarlo de forma irreversible.

Por último, la falta de mantenimiento general del sistema (como filtros sucios o conductos obstruidos) también puede afectar la circulación del aire y dar la sensación de que el compresor no enfría, aunque esté funcionando.

Síntomas que indican fallas en el compresor

Cuando el compresor presenta problemas, el sistema suele mostrar señales claras. El síntoma más evidente es que el aire acondicionado no enfría o lo hace de forma irregular, alternando momentos de aire frío con aire templado.

Otro signo común es la presencia de ruidos extraños, como golpeteos o chirridos, al activar el aire acondicionado. Estos ruidos pueden deberse a un rodamiento desgastado o a piezas internas sueltas dentro del compresor.

Si notas que el compresor no se activa al encender el sistema, puede tratarse de un fallo eléctrico o del embrague magnético. En ocasiones, el motor puede mostrar un aumento inusual de revoluciones sin que salga aire frío, lo que indica que el compresor está forzando el sistema sin cumplir su función.

Finalmente, los olores extraños o la humedad excesiva dentro del habitáculo pueden indicar una falla en el circuito de refrigeración o condensación, que también afecta el trabajo del compresor.

Cómo prevenir fallas en el compresor

Mantener el compresor en buen estado es clave para prolongar la vida útil del sistema de aire acondicionado. Una de las prácticas más recomendadas es hacer funcionar el aire acondicionado al menos una vez por semana, incluso en invierno. Esto mantiene los sellos internos lubricados y evita que el gas se estanque.

Realizar una revisión anual del sistema es igualmente importante. Durante la revisión, se debe comprobar la presión del gas, la limpieza del filtro deshidratador y el estado del aceite del compresor. Utilizar el gas refrigerante correcto (según las especificaciones del fabricante) también previene daños internos y sobrepresión.

Además, se recomienda mantener limpio el condensador, ya que la acumulación de polvo o insectos puede impedir la correcta disipación del calor, lo que fuerza el trabajo del compresor.

Evitar recargas improvisadas de gas refrigerante también es fundamental. Un exceso o falta de gas puede alterar la presión del sistema y causar daños al compresor. Por eso, siempre debe ser revisado por un técnico especializado.

Cuándo reemplazar el compresor

Si después de revisar el sistema el compresor no genera presión o se encuentra bloqueado, es probable que necesite reemplazo. Un compresor dañado suele provocar acumulación de residuos metálicos dentro del sistema, por lo que, al cambiarlo, también se debe limpiar el circuito y reemplazar el filtro deshidratador.

La sustitución del compresor debe realizarse con un repuesto de calidad que garantice compatibilidad y durabilidad. Utilizar piezas originales o equivalentes certificadas es la mejor manera de evitar fallas futuras.

El compresor es el corazón del aire acondicionado automotriz. Si enfría poco o nada, es probable que el problema esté en este componente o en el flujo del gas refrigerante. Detectar las fallas a tiempo no solo mejora el confort al conducir, sino que también evita reparaciones costosas.

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